Todos los que nos preocupamos por las finanzas personales tenemos siempre en mente que el primer paso para vivir tranquilos es disponer de un buen colchón financiero.
El colchón financiero no es más que un ahorro, que tenemos siempre a mano, para poder atender a imprevistos que pueden aparecer a lo largo de nuestra vida (avería del vehículo, reparaciones en casa, reducción de ingresos parcial o total debida a pérdida del trabajo…). No es para echar mano de él para las vacaciones. Tampoco hay que confundirlo con el típico cerdito que todos utilizamos de hucha cuando éramos pequeños. En ese cerdito metíamos lo que nos sobraba de la paga o nos daban nuestros padres o familiares y muchas veces no sabíamos cuánto dinero había en él y, lo más importante de todo, solíamos tenerlo para ahorrar para comprarnos algún capricho.
En cambio, el colchón financiero no puede dejarse como algo que se va completando con lo que nos queda a fin de mes, es algo PRIORITARIO que se tiene que construir cuanto antes mejor. Desde el primer momento que empiezas a tener ingresos es ya importante tenerlo en mente y es FUNDAMENTAL cuando te has independizado y tu subsistencia, y la de tu familia, depende de disponer de dinero para pasar el mes. Además, debes conocer exactamente qué cantidad de dinero contiene y cuál es el objetivo marcado para haber completado dicho colchón, que se convertirá en el pilar de tus finanzas.
Otra gran diferencia es que no tiene como fin darte un capricho sino hacer tu vida más segura y con menos sobresaltos económicos (siendo realistas, la falta de dinero es un problema que afecta a toda existencia, incluyendo relaciones personales, salud…).
Tras esta introducción no hace falta destacar más la importancia de disponer de este colchón financiero en estos momentos en que nos ha tocado vivir. Con la mayor parte de la población recluida en sus casa desde el 15 de marzo, casi la totalidad de las empresas cerradas, la incertidumbre sobre si cuando se levante el estado de emergencia seguiremos manteniendo el trabajo, si la empresa seguirá en pie y si el salario será el mismo, en esta situación disponer de este colchón es BÁSICO PARA SOBREVIVIR a la incertidumbre y al futuro.
Antes he comentado que una de las diferencias con el cerdito era que en todo momento debes saber de cuánto es tu colchón y cuál era el objetivo final a conseguir. Por regla general se suele decir que el colchón debería ser equivalente a los gastos de 6 meses. Es decir, en el caso de que durante un periodo de 6 meses no tuvieras ningún ingreso, que pudieras salir adelante.
Yo considero que como objetivo inicial está bien, pero que se tendría que llegar poco a poco a disponer de un colchón de 12 meses para tener una buena tranquilidad y poder dormir sin preocupaciones.
Lógicamente, para poder determinar la cantidad exacta a conseguir lo primero que tenemos que saber es exactamente los gastos que tenemos y para eso es imprescindible llevar un mínimo de control de nuestras cuentas, pero eso ya da para otro post.
¿Y tú qué opinas? ¿Son 6 meses suficientes? ¿Son 12 meses demasiado?